Dejé abandonado este proyecto a cuenta de problemas técnicos. Cuando tenía cámara no tenía ordenador, cuando tenía ordenador no podía descargar fotos, cuando... en fin, lamentable.
Pero no he dejado de recorrer la ciudad y los lugares adyacentes. Cada día, con cada minuto, le encuentro una nueva maravilla medio escondida, que aparece por sorpresa ante mis ojos.
Ayer fui a recoger mi portátil, reparado ya, a Mojácar, que me recibió con una imagen de la niebla que nunca en mi vida había visto y con el breve encuentro -breve, pero intenso y delicioso, como los cafés- de mi farmaceútica de ojos oscuros. Gracias a eso tengo de nuevo en mi poder las fotografías que en él tenía guardadas y seguir mostrándoles este paisaje vuelve a ser posible.
La Plaza del Ayuntamiento de Almería, que fuera -y es- la "Plaza Vieja", es uno de tantos lugares que la toponimia "política" ha tomado por asalto, como tiene por costumbre, para rebautizarla con el nombre de Plaza de la Constitución. El Ayuntamiento está siendo remodelado y las obras de rehabilitación tienen la fachada sembrada de vallas y monstruosidades varias. La plaza, sin embargo, es una plaza porticada, muy hermosa, que vuelve a acoger en su seno el monumento a "Los Coloraos", levantado en memoria del pronunciamiento en 1824 del grupo de liberales conocidos con tal nombre.
"Los coloraos" fueron así llamados por el tono de sus casacas, rojas como las inglesas. Procedentes de Gibraltar, desembarcaron en Almería con intención de proclamar la Libertad y restituir la Constitución de 1812 (La famosa "Pepa"). Estaban, o eso se dice, relacionados con una sociedad secreta, la Santa Hermandad, de inspiración comunera. Pero su intento fracasó, desgraciadamente, y veintidós de ellos fueron fusilados por los absolutistas en la Rambla de Belén, muy cerquita de la que hoy es mi casa. El "Pingurucho", que así es como llaman los almerienses al monumento, se levantó poco después en la Puerta Purchena, pero con motivo de la primera visita de Franco a Almería, en el año 43, lo derribaron y no ha sido hasta 1987 que se volvió a levantar en el lugar que hoy ocupa, recuperándose al tiempo un homenaje a Los Coloraos que se celebra cada año, el 24 de Agosto.
Pero no he dejado de recorrer la ciudad y los lugares adyacentes. Cada día, con cada minuto, le encuentro una nueva maravilla medio escondida, que aparece por sorpresa ante mis ojos.
Ayer fui a recoger mi portátil, reparado ya, a Mojácar, que me recibió con una imagen de la niebla que nunca en mi vida había visto y con el breve encuentro -breve, pero intenso y delicioso, como los cafés- de mi farmaceútica de ojos oscuros. Gracias a eso tengo de nuevo en mi poder las fotografías que en él tenía guardadas y seguir mostrándoles este paisaje vuelve a ser posible.
La Plaza del Ayuntamiento de Almería, que fuera -y es- la "Plaza Vieja", es uno de tantos lugares que la toponimia "política" ha tomado por asalto, como tiene por costumbre, para rebautizarla con el nombre de Plaza de la Constitución. El Ayuntamiento está siendo remodelado y las obras de rehabilitación tienen la fachada sembrada de vallas y monstruosidades varias. La plaza, sin embargo, es una plaza porticada, muy hermosa, que vuelve a acoger en su seno el monumento a "Los Coloraos", levantado en memoria del pronunciamiento en 1824 del grupo de liberales conocidos con tal nombre.
"Los coloraos" fueron así llamados por el tono de sus casacas, rojas como las inglesas. Procedentes de Gibraltar, desembarcaron en Almería con intención de proclamar la Libertad y restituir la Constitución de 1812 (La famosa "Pepa"). Estaban, o eso se dice, relacionados con una sociedad secreta, la Santa Hermandad, de inspiración comunera. Pero su intento fracasó, desgraciadamente, y veintidós de ellos fueron fusilados por los absolutistas en la Rambla de Belén, muy cerquita de la que hoy es mi casa. El "Pingurucho", que así es como llaman los almerienses al monumento, se levantó poco después en la Puerta Purchena, pero con motivo de la primera visita de Franco a Almería, en el año 43, lo derribaron y no ha sido hasta 1987 que se volvió a levantar en el lugar que hoy ocupa, recuperándose al tiempo un homenaje a Los Coloraos que se celebra cada año, el 24 de Agosto.
Viernes, 10 de marzo 2006
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